En todos los aspectos de la vida hay diferentes opiniones para todas las conjeturas, para todos los dilemas.
Y si no, comparemos las declaraciones de unos y de otros de los políticos, la izquierda ve las cosas de una forma, la derecha de otra; no quiero entrar en el debate de quién las ve bien, y quién las ve mal, pero seguro que las ven diferentes.
Unos abogan y defienden unas cosas, y otros, otras.
En otro aspecto de la vida, unos son ateos y otros creyentes; unos evolucionistas y otros creacionistas; unos ahorradores y otros muy, o demasiado gastosos.
Hay capitalistas y también comunistas; hay conservadores y hay progresistas, formales y juerguistas, de traje o de sport.
Cualquiera puede tener la opinión que quiera sobre lo que le apetezca, pero lo que no debe de dejar nunca es de ser: honesto, leal y lícito.
A los y las que campan por su falta de honradez, de lealtad, de licitud, quizás algún día, el famoso "karma" (que según la religión budista-hinduista predica, es que: toda acción tiene una fuerza que expresa e influye en las sucesivas existencias del individuo) les haga justicia.
Y si no...
Cuando Albino Luciani era patriarca de Venecia (más tarde sería el llorado Juan Pablo I) desde la Banca Católica de Venecia hacía préstamos a bajo tipo de interés a los que lo necesitaban; fue a Roma a pedir más dinero al banco Vaticano y allí supo, que Paul Casimir Marcinkus (Cardenal director del IOR), había vendido la Banca Católica de Venecia al Banco Ambrosiano; fue de nuevo a Roma a protestar por la decisión, que dejaba a muchos pequeños empresarios y agricultores sin préstamos a bajo costa; y Marcinkus le espetó:
"No se puede dirigir la Iglesia con el "Ave María".
Imaginaros la cara del Cardenal Marcinkus cuando vio entrar a Albino Luciani en su despacho, recién entronizado como Juan Pablo I, Papa de la Iglesia Católica Apostólica y Romana.
Diferentes opiniones de diferentes personas sobre un mismo tema.
Albino Luciani, posteriormente elegido Juan Pablo I, foto extraída de: elpaís.com |
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