No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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23 junio 2020

LA PRIMERA Y LA MIL.

El día primero de mayo de 2013, y gracias al ånimo de mi estimada amiga Pilar Romero Servet, y mi prima Consuelo Dueñas, me lancé a esta aventura de crear un blog y escribir entrada tras entrada que quedarån, eso espero, para la historia en este y otros blogs en los que escribo.
Mås de siete años en los que he disertado sobre muchas, muchas cosas, y la suerte que tengo es que siempre aparecen otras miles de ideas para crear.
Cosas que oigo, frases que escucho, sentencias que leo, y anĂĄlisis que hago de palabras y oraciones; noticias, actitudes, aptitudes; en resumen una crĂłnica del dĂ­a a dĂ­a.
Esta entrada cumple la nĂșmero "mil"mil entradas; ¡QuiĂ©n me lo iba a decir hace siete años!
El uno de mayo de 2013 escribĂ­ lo que sigue, como primera entrada de mi blog, y hoy como entrada nĂșmero mil lo vuelvo a reescribir; y ademĂĄs de eso, lo hago  porque despuĂ©s de siete años, sigue aĂșn vigente, muy, muy vigente.
Si buscåis en el blog tenéis donde entreteneros con esas 1000 entradas.

La primera entrada se titulaba: 

                           ¿CUÁNDO SE VA A ESCUCHAR A LOS HONRADOS?
Y decĂ­a...
Hay un refrån que todos conocemos y que nuestros padres nos lo refirieron miles de veces cuando empezamos a salir con amigos, también nosotros lo hemos referido muchas veces a nuestros hijos.
Ese refrĂĄn dice:
"DIME CON QUIÉN ANDAS, Y TE DIRÉ QUIÉN ERES".
No exento de verdad, como la mayoría de los refranes que pululan por el vocabulario español.
Ahora, quisiera hacer una reflexión, y extrapolar este refrån a la política española.
Y esta reflexiĂłn quiero que la hagan conmigo los hombres y mujeres honrados que se dedican a la polĂ­tica.
¿Hasta cuĂĄndo vais a permanecer callados, asumiendo que se os compare con los tantos y tantos que se han aprovechado y se aprovechan de su cargo polĂ­tico, en vez de entregarse al pueblo como servidor del mismo?
Quien calla otorga, incluso en su misma casa.
El que no tenga nada que ocultar, que se levante y hable.
¡AhĂ­ lo dejo!



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