No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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19 enero 2021

EL GORRIÓN.

El lunes por la mañana, como siempre que estoy en mi pueblo, me acerco a desayunar a la cafetería Ateneo regentada por mi amigo Antonio Navarro y su señora.
Si eres de SanlĂșcar seguramente no te he de explicar quiĂ©n es Antonio, pero de todas formas te lo digo: es una persona trabajadora, dedicada a sus negocios, formal, educada, y limpia, muy limpia; no entiende el porquĂ© todos los males del Covid lo tienen que pagar los hosteleros, pero ahĂ­ sigue, al pie del cañón.
Mi familia tiene mucho que agradecerle y desde aquĂ­ lo hago.
Y como decía, estaba sentado en una mesa dentro, guardando las distancias, con la barra clausurada, y esperando mi turno correspondiente para desayunar; cuando, a través de un cristal, observé que una de las mesas de la calle no tenía todavía recogidas las cosas del desayuno que había tenido lugar en ella hacía solo un instante, y ya había que echarle valor para desayunar allí afuera (uf, el tabaquito) estaban las tazas del café, los platos de las tostadas y los vasos de agua cuasi vacíos.
Y entonces llegaron ellos...
Una pareja de gorriones callejeros sin miedo al COVID, sin temor a ningĂșn tipo de contagio, sin mascarillas, aterrizĂł encima de la mesa y se puso a buscar rĂĄpidamente todo lo que le pudiera servir, alimentĂĄndose aceleradamente (lo mĂĄs probable es que estuvieran incubando huevos de polluelos que eclosionarĂĄn a principio de la primavera) y lo que mĂĄs me sorprendiĂł es que no se privaban de nada: un buche de cafĂ© por aquĂ­, una miguita de pan por allĂĄ, una pizquita de jamĂłn, un sorbo de agua por acullĂĄ, y una vez terminado el paseo, empezaban de nuevo otra ronda.
Cuando llegĂł Antonio con el trapo y el desinfectante no me dio tiempo a decirle que dejara la mesa un poco mĂĄs sin recoger para que acabaran de saciarse...
¡QuĂ© le vamos a hacer!
Un abrazo querido amigo es usted grande.
Por cierto, como la foto que intenté hacer desde dentro del local me salió hecha una mierda no he tenido mås remedio que subir esta foto lo mås parecida a la imagen que viví.

Foto extraĂ­da de la pĂĄgina: alamy.es





 

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