El lunes por la mañana, como siempre que estoy en mi pueblo, me acerco a desayunar a la cafetería Ateneo regentada por mi amigo Antonio Navarro y su señora.
Si eres de Sanlúcar seguramente no te he de explicar quién es Antonio, pero de todas formas te lo digo: es una persona trabajadora, dedicada a sus negocios, formal, educada, y limpia, muy limpia; no entiende el porqué todos los males del Covid lo tienen que pagar los hosteleros, pero ahí sigue, al pie del cañón.
Mi familia tiene mucho que agradecerle y desde aquí lo hago.
Y como decía, estaba sentado en una mesa dentro, guardando las distancias, con la barra clausurada, y esperando mi turno correspondiente para desayunar; cuando, a través de un cristal, observé que una de las mesas de la calle no tenía todavía recogidas las cosas del desayuno que había tenido lugar en ella hacía solo un instante, y ya había que echarle valor para desayunar allí afuera (uf, el tabaquito) estaban las tazas del café, los platos de las tostadas y los vasos de agua cuasi vacíos.
Y entonces llegaron ellos...
Una pareja de gorriones callejeros sin miedo al COVID, sin temor a ningún tipo de contagio, sin mascarillas, aterrizó encima de la mesa y se puso a buscar rápidamente todo lo que le pudiera servir, alimentándose aceleradamente (lo más probable es que estuvieran incubando huevos de polluelos que eclosionarán a principio de la primavera) y lo que más me sorprendió es que no se privaban de nada: un buche de café por aquí, una miguita de pan por allá, una pizquita de jamón, un sorbo de agua por acullá, y una vez terminado el paseo, empezaban de nuevo otra ronda.
Cuando llegó Antonio con el trapo y el desinfectante no me dio tiempo a decirle que dejara la mesa un poco más sin recoger para que acabaran de saciarse...
¡Qué le vamos a hacer!
Un abrazo querido amigo es usted grande.
Por cierto, como la foto que intenté hacer desde dentro del local me salió hecha una mierda no he tenido más remedio que subir esta foto lo más parecida a la imagen que viví.
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Foto extraída de la página: alamy.es |
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