¿POR QUÉ ESCRIBO?

Muchas veces me han preguntado por qué escribo, y también yo me he hecho esa misma pregunta.

Muchos amigos me dicen que cómo puedo hacer todos los días un escrito o poema, y algunos o muchos me llegan incluso a considerar pesado.

¿Para qué me parto la cabeza pensando en qué escribir algo a diario si la mayoría ni lo lee, o le importa un carajo como el de la nao Santa María.

No creáis que no me lo planteo, y muchas veces pienso en los que tienen que escribir a diario para comer, enviar una crónica o un artículo que se publique al día siguiente en la prensa, y creerse efusivamente que la gente a la que llega el periódico o la revista tiene a bien leerlo.

No es fácil discurrir cada tarde algo para contar, alguna cosa que consideras que puede ser atractiva para la mayoría, una reflexión en la que nadie se sienta ofendido pero tampoco engañado; decirle a una chica fea sin que se enfade es muy dificultoso, unas más y otras menos al gusto del o de la que lo lee.

La mayoría de las letras que derramo a diario por estos lares se pierden en el limbo de las sílabas perdidas, duermen en el silencio de su ignorancia, claman por un pronunciamiento, y mueren irremisiblemente en los vientos del olvido.

Siempre tuvo más éxito el que demostró su amor por un día que el que amaba a diario; el que hizo un solo favor al que favorecía cada día; el que hizo en un momento un sacrificio al que se sacrifica cotidianamente.

Es difícil subir en una balanza el trabajo que supone (sarna con gusto no pica, por supuesto), y el resultado final de la reflexión.

Siempre he creído que aunque poca gente pueda leer lo escrito, aunque importe poco, aunque te lo saltes nada más verlo; con que una sola persona se sienta feliz, descubra algo que no conocía, o simplemente se  entretenga un rato, los esfuerzos serán bien pagados.

Y por supuesto que sepáis que...

" Escribir, es gritar en silencio." 

Y es lo que hago, gritar en silencio, y me siento bien haciéndolo.

Foto extraída de la página: libertaddigital.com