Tendremos unos días con agua muy seguidos, dicen, agua por otra parte muy necesaria, más ahora que la han hecho cotizar en bolsa (por Dios); hoy en día en una casa, normalmente adosada o pareada, en un piso, en una urbanización las tormentas nocturnas no te acojonan demasiado.
Imaginaros lo que sería en una choza de esas de la edad media, en medio del campo, con el techo de cañizo, sin ventanas, y con una sola puerta, donde vivían los pobres, los que estaban todo el día trabajando, algunas veces solo por un trozo de pan duro.
Pueden incluso "palillear" los cristales de las ventanas en base a los truenos que soportan, puede que la calle lleve demasiado agua, incluso coches, contenedores, motos; pude ser que sean bastantes días con el llanto celestial, pero de noche es diferente.
El tamborileo de las gotas incesante en el protector de plástico del toldo, el repiqueteo en el vierteaguas de la terraza del piso, ese tantán constante en los contenedores de basura...
Algunas veces despiertas a media noche, para orinar claro, la edad no perdona, ni el tintineo incesante tampoco, hasta el trampantojo de un relámpago nos hace creer que de nuevo ha salido el sol, pero son las cuatro de la mañana.
Imaginaros lo que sería en una choza de esas de la edad media, en medio del campo, con el techo de cañizo, sin ventanas, y con una sola puerta, donde vivían los pobres, los que estaban todo el día trabajando, algunas veces solo por un trozo de pan duro.
Pueden incluso "palillear" los cristales de las ventanas en base a los truenos que soportan, puede que la calle lleve demasiado agua, incluso coches, contenedores, motos; pude ser que sean bastantes días con el llanto celestial, pero de noche es diferente.
El tamborileo de las gotas incesante en el protector de plástico del toldo, el repiqueteo en el vierteaguas de la terraza del piso, ese tantán constante en los contenedores de basura...
Algunas veces despiertas a media noche, para orinar claro, la edad no perdona, ni el tintineo incesante tampoco, hasta el trampantojo de un relámpago nos hace creer que de nuevo ha salido el sol, pero son las cuatro de la mañana.
De nuevo te acuestas después de que hayas lloviznado el retrete y cabeza arriba miras al oscuro techo de la habitación, un rato grande; es difícil conciliar de nuevo el sueño con el tamboril en el tejado, se te inunda la cabeza de vicisitudes pasadas en el día, hasta que el cansancio puede contigo y saludas de nuevo a Morfeo, aunque la noche siga llorando.
"La oscura noche está sollozando y seguirá derramando lágrimas hasta dentro de unos días, o más; demasiado luto para la muerte de un sol, que resucitará pronto".
"La oscura noche está sollozando y seguirá derramando lágrimas hasta dentro de unos días, o más; demasiado luto para la muerte de un sol, que resucitará pronto".
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Foto extraída de la página: elespectador.com |
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