Mi amigo Antonio GarcĂa subĂa ayer a facebook un vĂdeo, este que acompaño, rememorando la recogida de la Hermandad de Soledad de 2016 haciendo dos preguntas:
¿Saben ustedes quĂ© es la poesĂa?, ¿Saben quĂ© es la mĂstica? Para mĂ, sencillamente, esto es poesĂa mĂstica.
¿Saben ustedes quĂ© es la poesĂa?, ¿Saben quĂ© es la mĂstica? Para mĂ, sencillamente, esto es poesĂa mĂstica.
¡Gracias Antonio por traerla de nuevo ante nosotros!
Si bien la Hermandad hace poco mĂĄs de año y medio cumpliĂł los 450 años de antigĂŒedad, la imagen de Nuestra Señora no tiene mĂĄs de 200 o 220 años segĂșn las teorĂas relativas a su creaciĂłn.
¿CuĂĄntas generaciones han pasado y estĂĄn pasando en esos 200 años?
En mi caso han pasado siete generaciones contando a mis hijos, de las cuales cuatro (mi abuelo no llegĂł desde Valencia hasta la primera treintena del siglo pasado) son y somos hermanos de la hermandad; pero por mi edad, los originarios de SanlĂșcar serĂĄn siete u ocho generaciones las que han rezado a Nuestra Señora.
Cuåntas peticiones, cuåntas favores concedidos, cuantos llantos, cuånto acompañamiento a las soledades de cada uno, cuåntas gracias dadas, cuåntos proyectos, cuåntas enfermedades encomendadas, cuåntos amparos recibidos, cuånta vida en una vida, cuånta alma en un trozo de madera.
¡Ay si pudiĂ©ramos pesar todas esas cosas!, ¡Ay si pudiĂ©ramos visualizarlas en los momentos de egoĂsmo, de sinrazĂłn, de mal comportamiento e incluso de maldad!
Hace ya varias generaciones que la Madera se hizo carne y habitĂł entre nosotros.
Si bien la Hermandad hace poco mĂĄs de año y medio cumpliĂł los 450 años de antigĂŒedad, la imagen de Nuestra Señora no tiene mĂĄs de 200 o 220 años segĂșn las teorĂas relativas a su creaciĂłn.
¿CuĂĄntas generaciones han pasado y estĂĄn pasando en esos 200 años?
En mi caso han pasado siete generaciones contando a mis hijos, de las cuales cuatro (mi abuelo no llegĂł desde Valencia hasta la primera treintena del siglo pasado) son y somos hermanos de la hermandad; pero por mi edad, los originarios de SanlĂșcar serĂĄn siete u ocho generaciones las que han rezado a Nuestra Señora.
Cuåntas peticiones, cuåntas favores concedidos, cuantos llantos, cuånto acompañamiento a las soledades de cada uno, cuåntas gracias dadas, cuåntos proyectos, cuåntas enfermedades encomendadas, cuåntos amparos recibidos, cuånta vida en una vida, cuånta alma en un trozo de madera.
¡Ay si pudiĂ©ramos pesar todas esas cosas!, ¡Ay si pudiĂ©ramos visualizarlas en los momentos de egoĂsmo, de sinrazĂłn, de mal comportamiento e incluso de maldad!
Hace ya varias generaciones que la Madera se hizo carne y habitĂł entre nosotros.
Que ese CorazĂłn siga amparando nuestra vida y nuestra muerte y haga por fin el milagro que el nuestro, muchas veces de madera, se haga sentimiento hacia los demĂĄs.
Este año serĂĄ el segundo sin verla en la calle; en estas dos Semanas Santas, no hemos podido tener ni el desahogo de nuestro hermano DamiĂĄn, que lloraba amargamente en las escaleras del presbiterio de la antigua capilla, mientras el cielo lo acompañaba en ese llanto impidiendo la salida de la cofradĂa.
Un abrazo fuerte a todos los hermanos y simpatizantes de mi Hermandad.
Este año serĂĄ el segundo sin verla en la calle; en estas dos Semanas Santas, no hemos podido tener ni el desahogo de nuestro hermano DamiĂĄn, que lloraba amargamente en las escaleras del presbiterio de la antigua capilla, mientras el cielo lo acompañaba en ese llanto impidiendo la salida de la cofradĂa.
Un abrazo fuerte a todos los hermanos y simpatizantes de mi Hermandad.
Confiad en Ella, vendrĂĄn tiempos mejores.
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