No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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24 marzo 2021

EL PANAL.

En la puerta están dos leones impresionantes, con una melena inmensa; se llaman, por si no lo sabíais, Daoiz y Velarde en memoria de los oficiales de artillería que se sumaron al alzamiento el 2 de mayo de 1808 ante las tropas napoleónicas; aunque en realidad los leones representan a Hipómenes y Atalanta, héroe y heroína de la mitología griega que fueron ambos convertidos en leones por la diosa Cibeles para que tiraran de su carro, por ello el que era Atalanta carece de testículos.
Pesan 2.219 y 2.668 kilos; y antes, hasta 1850 lo que habían eran dos farolas, pero eran poco solemnes, por lo que decidieron a hacer los leones.
Es la tercera pareja de leones, la primera de 1851 era de yeso coloreada de bronce, que se deterioró en un año, haciendo después una de piedra, en la que los leones parecían pequeños y poco fieros, actualmente presiden un parque en Valencia, ciudad natal de su escultor;  y por último la tercera, obra de Ponciano Ponzano, en bronce, con los cañones incautados en la guerra de Marruecos. Se fundieron en Sevilla, y es por lo que el molde de yeso todavía reside en la sede de la Capitanía General de esa ciudad, en la Plaza de España.
Guardan un rico panal, que no debería ser tan rico, ya que en teoría está al servicio del pueblo; un panal que produce unos emolumentos emblemáticos para un trabajador de clase media, e incluso de algunos sin ningún tipo de estudios y que rigen nuestros destinos. Ese panal terminará por acabar con los avariciosos, con los que solo se acercan para aprovecharse, porque la mayoría no son abejas laboriosas (como decía la cancioncilla de Rumasa "la abeja laboriosa de Rumasa, zumzumzum") si no que más bien son moscas o moscones que sólo se acercan para aprovecharse de la rica miel.
Y ya sabemos lo que les pasó en la fábula de las moscas...

A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Otras dentro de un pastel
enterraron su golosina.
Así, si bien se examina
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.

Y como sigamos así, con golosina, gula, avaricia, poca dedicación para lo que fueron contratados, los leones, en vez de tener que guardar un panal, van a tener que conformarse con vigilar un "paná".


Foto extraída de la página: madridenruta.com








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