En la puerta estĂĄn dos leones impresionantes, con una melena inmensa; se llaman, por si no lo sabĂais, Daoiz y Velarde en memoria de los oficiales de artillerĂa que se sumaron al alzamiento el 2 de mayo de 1808 ante las tropas napoleĂłnicas; aunque en realidad los leones representan a HipĂłmenes y Atalanta, hĂ©roe y heroĂna de la mitologĂa griega que fueron ambos convertidos en leones por la diosa Cibeles para que tiraran de su carro, por ello el que era Atalanta carece de testĂculos.
Pesan 2.219 y 2.668 kilos; y antes, hasta 1850 lo que habĂan eran dos farolas, pero eran poco solemnes, por lo que decidieron a hacer los leones.
Es la tercera pareja de leones, la primera de 1851 era de yeso coloreada de bronce, que se deteriorĂł en un año, haciendo despuĂ©s una de piedra, en la que los leones parecĂan pequeños y poco fieros, actualmente presiden un parque en Valencia, ciudad natal de su escultor; y por Ășltimo la tercera, obra de Ponciano Ponzano, en bronce, con los cañones incautados en la guerra de Marruecos. Se fundieron en Sevilla, y es por lo que el molde de yeso todavĂa reside en la sede de la CapitanĂa General de esa ciudad, en la Plaza de España.
Guardan un rico panal, que no deberĂa ser tan rico, ya que en teorĂa estĂĄ al servicio del pueblo; un panal que produce unos emolumentos emblemĂĄticos para un trabajador de clase media, e incluso de algunos sin ningĂșn tipo de estudios y que rigen nuestros destinos. Ese panal terminarĂĄ por acabar con los avariciosos, con los que solo se acercan para aprovecharse, porque la mayorĂa no son abejas laboriosas (como decĂa la cancioncilla de Rumasa "la abeja laboriosa de Rumasa, zumzumzum") si no que mĂĄs bien son moscas o moscones que sĂłlo se acercan para aprovecharse de la rica miel.
Y ya sabemos lo que les pasĂł en la fĂĄbula de las moscas...
A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron,
que por golosas murieron
presas de patas en Ă©l.
Otras dentro de un pastel
enterraron su golosina.
AsĂ, si bien se examina
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.
Y como sigamos asĂ, con golosina, gula, avaricia, poca dedicaciĂłn para lo que fueron contratados, los leones, en vez de tener que guardar un panal, van a tener que conformarse con vigilar un "panĂĄ".
Foto extraĂda de la pĂĄgina: madridenruta.com |
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