La palabra experiencia proviene, como muchísimas del latín: "experientia (prueba, ensayo) y esta a su vez deriva del verbo "experiri" (experimentar, probar).
A su vez la palabra se divide en cuatro partes: "EX" (separación del interior, de algo), "PERI" (del verbo: intentar, arriesgar), "ENT" (agente, interfecto) y por fin: "IA" (usado para crear abstractos)
O sea que literalmente experiencia podría catalogarse como: riesgo que se corre por agentes externos no determinados al intentar algo.
Y el riesgo es grande, porque cuando se tiene una nueva experiencia no sabes a donde te va a llevar, a quien te va a descubrir, que vas a sentir, o por donde vas a tirar.
Las experiencias, que no son mortales, porque entonces ya no serían experiencias, la mayoría son muy dolorosas, cualquiera de ellas, tanto amorosas, económicas, de padres e hijos y de hijos y padres, de trabajo...
Las que enseñan de verdad son las que realmente duelen; estas experiencias te hacen ser una persona diferente, hacen que mutes tu "modus operandi" de vida, aunque en esta afirmación también podemos aplicar el refrán de: Él que nace lechón muere cochino.
Hace muchos años, demasiados ya, le presté a un amigo 300.000 pesetas; 1.800 € de hoy en día, para lo que tuve que pedir un préstamo, ya que el no podía; el cual tuve que pagar y yo no lo vi de vuelta.
Pues, después de esto, no aprendí nada, volví a caer y he vuelto a caer una y otra vez en la misma trampa, espero no caer más porque son experiencias que me cuestan el dinero.
Y en al amor y la amistad ni te cuento.
"La experiencia es una maestra de vida que cobra muy caro pero que enseña bien".
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Foto extraída de la página: es.dreamstime.com |
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