¡Ya estĂĄ bien, cojones!
De los abusos, todos los abusos, los maltratos, el robo, las faltas de respeto, y un sinfĂn de las cosas que nos embotan la mente, cada vez mĂĄs a menudo.
Que si cuesta mucho crear energĂa, que si hay que subirla, que si hay que subirla cada vez mĂĄs, y mĂĄs; y ¿QuĂ© puedes hacer?, pues nada, pagar, o bien entrar por el aro de la cuota fija. Poco a poco te han ido comiendo el terreno hasta que han puesto el precio donde les ha interesado.
Y el gas, y todo, digo bien, todo lo que pulula en el mundo del consumo sube, progresivamente, y mĂĄs, hasta que llegue a los lĂmites que creen los que tienen la sartĂ©n por el mango que deben de llegar.
La gasolina, Ădem de lo mismo, te van metiendo la puyita, poco a poco, mes a mes, hasta que te la han metido entera, como dirĂa Emilio Muñoz: ¡Que estoconazo! ¿QuĂ© puedes hacer?, pues nada, pagar, y pagar.
¿Y esto que es lo que es?
Pues una forma encubierta de bajar los sueldos, de recortar el poder adquisitivo de las personas, de bajar encubiertamente las pensiones, y de recortar la capacidad de respuesta econĂłmica de la poblaciĂłn.
Sirva un ejemplo.
Suben la pensión un 10% por ejemplo(ni de coña, por eso es solo un ejemplo), es igual lo que la suban, si suben los precios un 40%, el estado recauda también un 40% mås de impuestos, por lo que pierdes un 30% directamente de tu poder adquisitivo aunque te hayan subido un 10%. Y no nos estamos dando cuenta.
Y la Ășnica forma que tenemos de protestar es: el ayuno.
En fin, lo que se dice una huelga general en toda regla de los consumidores; que ya estĂĄ bien de que pueda hacer huelga todo el mundo menos el que paga.
Y que sepåis que esto no se acaba hasta que no se le inflen las narices a los que pagan, ya veréis.
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