El juego, ¡ay el juego! Todo en la vida es un juego, y todos nosotros somos meros jugadores en esta vida hasta que la vida misma te escribe en la pantalla "game over" o sea, ¡Se acabĂł!
Empiezas en el cole, o en la guarderĂa, en casa con tu hermano o hermana, mayor o menor, tus padres, los compañeros de clase, los amigos, todo es un juego, Dios te da unas cartas, nos da unas cartas a diario a todos y tenemos que jugarlas.
ContinĂșa en la adolescencia, las chicas o los chicos, estudios superiores o directamente el trabajo.
La labor, el desempleo, los compañeros/as de trabajo, los jefes/as, los amores y los amorĂos, y en cada momento que pasa en tu vida te siguen repartiendo unas cartas para que juegues.
La pareja, los hijos (quien los tenga), y sigue el trabajo, los cambios vitales, las enfermedades, las dolencias, y sigues recibiendo cartas a diario, cuando te levantas, para que juegues a vivir.
Hasta el Ășltimo momento de tu vida estĂĄs recibiendo cartas, y si por un casual, alguna de las cartas que has recibido ha dañado tu conocimiento, tu cerebro, tu capacidad para pensar y discurrir, las personas que estĂ©n a tu lado cuidĂĄndote serĂĄn las que tengan que jugar tus cartas por tĂ.
Y llegarĂĄ el dĂa en que tus ojos, ya cerrados por el "game over", no tengan la oportunidad de jugar mĂĄs cartas.
Incluso dirĂa yo que hasta de despuĂ©s de tu partida definitiva tendrĂĄs la oportunidad de jugar algunas cartas que dejaste guardadas , legadas o escritas en un testamento.
¡Ay si despuĂ©s de muerto pudieras jugar las cartas de que tus Ăłrganos den vida a otras personas!
¡Esa sĂ serĂa una buena jugada, una gran escalera de color! ¡DonaciĂłn de Ăłrganos, ya!
Y que conste que el mejor jugador no es el que mejores cartas tiene, sino el que mejor hace uso de ellas al jugarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario