No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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01 noviembre 2022

NO SE PERDIÓ A NADIE. (Dos de noviembre)

En estas fechas, cuando antes de la avalancha de disfraces, fantoches y máscaras, la mayoría nos acercábamos al cementerio del pueblo, o la ciudad, a visitar las lápidas de nuestros seres queridos; unos días antes, los más mayores, ya habían visitado los lugares de descanso eterno de nuestros seres recordados para adecentar las tumbas y nichos, como si les dieran literalmente un lavado, peinado y maquillado esperando la visita de la familia y los amigos, merece la pena hacer un ejercicio de reflexión, y valga la redundancia con el título de este  blog.
Se me viene a la memoria, que cuando murió mi padre y fuimos a darle sepultura, al lado del nicho, en el suelo, recuerdo que había una bolsa de plástico roja, cerrada y atada por la abertura.
Mi primo me preguntó:
-¿Primo, que es eso que hay en la bolsa que están metiendo en el nicho?
- Los restos de la abuela Concha, del abuelo Eduardo, y de la bisabuela Concha.
¿Y eso es lo que ha quedado de los tres?
- Pues seguramente, lo que no se haya convertido en polvo definitivamente, estará en esa bolsa.
-¡En que poco nos quedamos!
-Pues eso.
La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida si que nos los roba muchas veces y definitivamente.
Nunca perdiste a nadie; el que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos a ir todos.
Además, lo mejor de él, o de ella,  el amor, sigue y seguirá en nuestros corazones.
Rememoremos a nuestros difuntos, es la mejor forma de que estén vivos dentro de nosotros eternamente.
Pero eso si, los gestos de amor y cariño, en vida por favor, tras la muerte basta con el recuerdo.

Foto de mi amiga Rocío Vicente.


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