No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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25 noviembre 2022

UN SIMPLE BOTONCITO.

El otro dĂ­a iba por la calle andando e iban tres maleducados paseando por la acera, parloteando, y trabando el paso a los demĂĄs peatones, que tenĂ­an un poco de prisa.
Iba detrĂĄs de ellos, y los iba escuchando; por cierto, hay que tener mucho cuidado cuando hablamos en algĂșn lugar pĂșblico, porque no sabes quiĂ©n estarĂĄ escuchando.
Y sobre todo en un bar o en un restaurante, porque la lengua se dispara a causa del alcohol, y decimos cosas que no debería escuchar nadie, salvo los que estén contigo.
Y como ademås, en este puñetero país, sobre todo por aquí abajo, tenemos el vicio de gritar cuando hablamos, pues miel sobre hojuelas.
Como iba diciendo, iban parloteando, uno hablando de su esposa o pareja, el de en medio callado, y el del otro lado despotricando de su jefe.
E iban los dos hablando a voces, si lo hubieran hecho mĂĄs piano, probablemente no los hubiera escuchado porque iban delante de mĂ­.
- Pues harta tela cuando el jefe te esté metiendo la bulla, sería genial si fuera un poco menos seguido.
- Pues anda que cuando empieza a reñir la parienta...
Y el que no hablaba, hablĂł:
Lo mejor es ponernos unos botones en los oĂ­dos, y cuando no quieres escuchar nada ni a nadie, pues clic, y lo apagas, seguramente ahora mismo lo hubiera apagado.
Todos deberĂ­amos tener el botoncito de marras en los oĂ­dos porque hay cosas que se escuchan...


Foto de mi amiga Juani Mora.


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