No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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31 julio 2019

23:59:55.

¿Cuántas veces hemos querido parar el tiempo?
¿En cuántos ratos, en los que lo estábamos pasando bien, quisimos haber podido para el tiempo?
¿Qué cantidad de ocasiones hemos deseado que el tiempo se detuviera un poco para estirar nuestra subsistencia?
Hay un momento en el que seguro se piensa más, una hora, en el gran horario de nuestra vida, en  la que se hace latente el deseo del alargue, estemos bien o estemos peor, todos deseamos alargar nuestra existencia.
Cuando has visto en el reloj de tu vida la hora 23:59:55 e intuyes que solo te quedan cinco segundos, o un poco más, o también un poco menos, es cuando te das cuenta realmente de lo que vale el tiempo.
Parece mentira las ocurrencias que se pueden pensar en cinco segundos, o menos; por nuestra cabeza pasan al instante miles de cosas, buenas, malas o regulares que hemos hecho; se presenta en tu mente la gente a la que quieres y que vas a dejar de ver, llega a tu entender: el arrepentimiento, la vergüenza, la contrición, y por qué no, la felicidad de lo bien hecho.
Cuando ves que la de la guadaña se acerca aceleradamente, y que muy probablemente venga a por tí; esos pocos segundos que pasan desde que la presientes, hasta que la ves pasar de largo sin que el dalle que porta en sus manos apenas te roce en el brazo, es cuando realmente te das cuenta del secreto de la vida.
Eso sí que es parar el tiempo, eso sí que es quedarse en "stand by" durante una fracción corta de tu existencia y descubrir en solo cinco o menos segundos, que nada malo de lo que hagas tendrá premio, que solo te orgullecerá lo bueno que obres y lo mejor que des; por lo que si se ha de parar el tiempo, que lo haga para que te de más lugar de hacer el bien por los demás, ese será seguro tu premio.

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