No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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23 julio 2019

A RASSS.

Recuerdo un día un reportaje sobre el piloto de rallyes Carlos Sainz en el que se le grababa a él y a su copiloto Luis Moya (Luis Rodríguez Moya) durante el recorrido de una etapa.
Era especial la voz de Luis, con su libreta en mano, leyendo sus apuntes a Carlos, y sobre todo cuando llegaba a una curva que tenía que coger derrapando para seguir en línea a la salida de la ese.
Decía más o menos:
-Veinticinco, treinta y dos a rassss.
-Cuarenta cincuenta y cuatro a rasss.
Ese "A ras" se hizo muy popular, tan popular que cuando íbamos en un coche y el conductor cogía una curva demasiado cerrada, decíamos a voz llena: "A ras".
El otro día, camino de mi rehabilitación en el hospital, estuve a punto de decirle al chófer del autobús:
-¡A rasss!
¡Qué forma de coger las curvas!, ¡Frenazo!, ¡Otra curva!, "¡Un arrancón!".
En fin, todo un recorrido de etapa de rally, supongo que debido a la necesidad de cubrir un horario determinado sin llegar tarde a la última parada.
Después del tramo de "a ras" y como iba "adelantadillo", en un par de paradas tuvo la gentileza que no tienen otros conductores, por lo menos que no han tenido nunca conmigo; abrió dos veces la puerta para que se introdujera uno o dos pasajeros, ya que las paradas están al lado de un semáforo, y estaba en rojo.
Gracias señor, por evitar a tres personas mayores, tener que aguantar el calor enorme que nos abrasa a la una de la tarde, cinco o diez minutos en la parada, a que llegara otro bus.
¡Gracias por su gentileza, "a rassss"!.

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