Hay cosas muy difĂciles de hacer, hay
cosas que cuestan mucho trabajo a algunos, como por ejemplo: hacer un discurso,
una exaltaciĂłn, un pregĂłn; pero siempre me remito a la frase que decĂa mi
abuelo Manolo:
“El uso diario de una cosa difĂcil,
demuestra el secreto de su fĂĄcil ejecuciĂłn”
Y eso es mĂĄs verdad que el mundo.
Hoy en dĂa, la verborrea ha invadido, literalmente
ha anegado la convivencia polĂtica; la casta polĂtica, toda, con las normales excepciones,
tienen una palabrerĂa excelsa, una locuacidad sin lĂmites, una labia que “quita
el sentĂo”;
Y bla, bla, bla, y mĂĄs bla.
Y sigue…
Desde el 28 de abril no ha habido
tiempo de llegar a un acuerdo para formar un equipo de gobierno, pero verborrea…
tela marinera (que supongo que serĂĄ por la tela de la velas de los barcos que
son muy grandes).
El otro dĂa, escuche en tv a un
alcalde, que lleva no sĂ© cuĂĄnto tiempo en la alcaldĂa, y en las Ășltimas
elecciones ha sido elegido de nuevo, hablando delante de los micrĂłfonos.
Mientras este señor decĂa ante el micrĂłfono: he hecho esto, y esto; y voy a hacer esto otro, la oposiciĂłn se
ahogaba en su propia verborrea y habĂa un momento que no podĂa nadar en el
fango que producĂa su bla, bla, bla.
Haciendo una versiĂłn moderna de la
locuciĂłn latina: Ora et labora (reza y trabaja), podrĂamos decirle a estos
señores a boca lleva:
“Menos "ora" y mĂĄs labora” (Hablar menos y trabajar mĂĄs)
En todos los aspectos de esta vida, es
mucho mĂĄs importante hacer que decir, porque siempre, las palabras se las lleva
el viento.
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