Allá en la farmacia, en la farmacia de Rossi (mi admiración por Doña María Isabel), había varias zonas en las que convivíamos; una de ellas era el patio de cemento y allí se reunía la familia en verano, la de Sanlúcar y la de fuera de Sanlúcar, que venían a visitar a Doña María, la insigne madre de Doña María Isabel.
En ese patio de cemento, el del famoso limonero, descubrí yo lo que era el trióxido de azufre, y menos mal que lo puedo contar.
Todos los veranos, los chavales de la familia y los amigos que allí nos reuníamos, hacíamos un teatrillo para amenizar la tarde de verano, recaudábamos unas pesetillas entre los asistentes, como espectadores, y después nos las gastábamos en rebujito (mezcla incoherente de chucherías: quicos, puritos, gomitas, avellanas, pipas, etc.) mucho antes que existiera el rebujito de la Feria, el de manzanilla con seven up.
Ese año íbamos a representar Aladino y la lámpara maravillosa, mucho antes del boom de la película de dibujos animados de Disney.
Mi rol era el del genio de la lámpara, y mi papel: Salir de una especie de pilón en el que estaba escondido y tras el humo decir:
-¡Soy el genio de la lámpara, la has frotado, pide tres deseos y te serán concedidos!.
Y el que fue un genio fue mi amigo Enrique, que hizo una mezcla de azufre, y algo más (estábamos en una botica) y la depositó en un plato, y dándome una caja de cerillas me dijo:
-Cuando Aladino diga que está frotando la lámpara, enciende lo que está en el plato, y cuando empiece a echar humo sales por encima del humo y dices tu papel.
Y así lo hice, con la mala suerte que cuando el humo empezaba a subir, me levante para decir mi diálogo e inspiré una buena cantidad de trióxido de azufre, que está en el humo de la combustión del azufre.
Creo que desde entonces mi garganta no es la misma.
¡Anda que si se llega a enterar mi padre, con lo severo que era!...
Mucho cuidado con las cosas que desconocemos pueden ser armas de doble o triple filo.
Foto del jardín de la Farmacia Rossi con componentes de uno de los grupos de los varios que nos juntamos allí. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario