Cuando te han envenenado, cuando te ha picado una serpiente venenosa, o un alacrĂĄn, todos pedimos un antĂdoto.
Cuando nos llegĂł la plaga del SIDA, todos clamĂĄbamos por un antĂdoto, por una medicina que nos librara del contagio.
Y llegĂł el Ăbola, y empezamos a reclamar urgentemente un antĂdoto, un medicamento eficaz, o por quĂ© no, una vacuna.
Y ahora que estamos en la pandemia mås grande de la historia de la humanidad, una pandemia por la que hemos clamado una vacuna; ahora que las hay, pues nada, a no ponérsela.
¡Hay gente "pa tĂł"!
Y es verdad que las hay...
Les das pan, y tiene muchos hidratos de carbono.
Les das leche, tiene mucha grasa y también lactosa por supuesto.
Les das carne, ufff.
Les das verduras o legumbres, y tienen muchos gases.
Les das agua, y tiene mucha cal.
Les das pescado, ¡Ay el mar, la mar!
La "mar de" que los pariĂł.
Todos buscando y ansiando un antĂdoto, y un grupo de "antitodo" dando por culo.
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