No quiero blasfemar pero cada vez estoy mĂĄs harto de los mentirosos.
Estoy hasta los cataplines de los embusteros...
¿CĂłmo se puede tener la desfachatez de gobernar un paĂs, una autonomĂa o un ayuntamiento basado en la mentira?
¿CĂłmo se pueden decir tantas falsedades al cabo de una legislatura?
Pues asĂ estamos, y lo peor no es eso, es que si miras atrĂĄs, igual, y adelante no te atreves ni a echar una ojeada.
Y lo mĂĄs lamentable no es que tĂș mientas, sino que acusas al de enfrente de mentir cuando tĂș mientes mĂĄs que Ă©l de largo.
Un ejemplo de un amigo que le dice al otro:
- Me han tocado 10.000 euros en el euro-millĂłn, pero a Antonio no le ha tocado nada, pobre.
DespuĂ©s resulta que Antonio habĂa sido afortunado con 300 euros del euro-millĂłn y Ă©l no fue agraciado ni con un centavo.
Pues eso estå pasando a todos los niveles, falacias para "arrejuntar" votos, y asà volver a estar otros cuatro años viviendo del cuento; mås lo que viene después.
¡Creo que estamos ya hastiados! ¿O no?
La mentira, la farsa y los lĂos, tarde o temprano producen hastĂo.
Como decĂa mi admirado Forges:
-¡PaĂs!
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