Ese tío que se ha
metido en nuestras vidas por enésima vez como todos los veranos; ese tío, que
hace, que cada año salgan a la luz, esos torsos blanqueados en días de otoño e
invierno, para pintarlos con un poco de color.
El estío, ese tío que nos echa su aliento,
durante el día y también en muchas madrugadas, para que estemos calentitos y no
podamos conciliar el sueño.
Ese tío que nos saca de paseo
por las noches, que nos invita a tomar una cerveza o un refresco en una
terraza.
Ese tío que nos coloca el traje
de baño, y nos incita a visitar la piscina, la playa; o dos o tres veces diarias,
una ducha refrescante.
Ese tío que se lleva suculentas
comisiones, de los vendedores de ventiladores, refrigeradores, y aires
acondicionados.
Ese tío que nos pone a todos
nerviosos, cuando avisa que va a venir, haciendo de nuestras comidas un
suplicio, y de nuestra báscula, el enemigo más acérrimo que tuviéramos nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario