Los que han tenido la oportunidad, yo diría la suerte, de ver la película dirigida
por Frank Darabont e interpretada por Tim Robbins y Morgan Freeman,
comprenderán a qué me estoy refiriendo.
Andy Dufresne, condenado
injustamente a dos cadenas perpetuas,
por dos crímenes que no cometió, permanece encerrado en prisión casi la
mitad de su vida; planeando una fuga que a todos les parecía imposible.
Hasta que consigue, tras un arduo
trabajo, fugarse de la prisión de Shawsahnk, utilizando una vía de escape, que
no se le hubiera ocurrido a nadie.
Se me ha venido a la memoria este
film, leyendo las declaraciones de una de esas personas, que además de apagar
fuegos, salvan a gatitos, y muchas, muchas, más cosas y milagros.
Fueron a por un gatito atrapado
en el interior de un patio de luces, entre la pared del bajante y las tuberías,
pero lo primero que vieron, después de una actuación brillante y arriesgada, fue
un piececito de un bebé. (literal del ABC de Sevilla).
Si Dufresne, encontró la libertad
y volvió a vivir, arrastrándose por la tubería de aguas fecales de la prisión
de Shawshank, este bebé alicantino, también ha encontrado la libertad y la vida,
más o menos por el mismo conducto; librándose de una muerte perpetua.
Gracias a la llamada de una
vecina, que oyó “maullidos” entre las tuberías y la rápida acción del cuerpo de
bomberos, un ser humano, nació de nuevo dos o tres días después de haber nacido
la primera vez.
No todo son tinieblas en este
mundo, la luz, también aparece de vez en cuando para alumbrarnos el camino, y liberar a inocentes de cadenas perpetuas.
Buenas noches, y felices sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario