Te he necesitado, cuando la
indeseable soledad, me ha abarcado con sus tristes brazos.
Te he echado de menos, infinitas
veces, con la tristeza a mis espaldas, empujándome hacia el abismo.
Te he añorado, algunas veces,
para enjugar mi llanto desconsolado, o mi melancólico sollozo.
Te he precisado, para decir
adiós, despidiendo a personas, para un rato o para siempre.
También te he destinado para
combatir en los demás, la misma soledad, la misma tristeza, y el mismo llanto
que me atenazaron a mí.
Te he utilizado, para recibir de
bienvenida a los que llegan, para desear el bien y la buenaventura.
Me he servido de ti, para
celebrar triunfos, alegrías, ilusiones cumplidas.
Me aprovechaba de ti, allá por
los años perdidos, para bailar canciones suaves al oído, en un paréntesis
melodioso.
Te he consumido en el amor, y el
amor se consuma con tu presencia.
Algunos, incluso te destinan a su
almohada, por el simple hecho de tener la dicha de soñar junto a ella.
¡Además, qué más quiero, si eres
gratis ¡
Repartamos abrazos, son necesariamente, necesarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario