Cuando las cosas, la vida, el dĂa, el trabajo, los estudios,
la convivencia, se empinan cuesta arriba, no hay mĂĄs cojones que alimentar a
los abductores y empujar. Algunas veces, la cuesta parecerĂĄ la Torre de Babel,
se perderĂĄ entre las nubes, mirarĂĄs hacia abajo y no verĂĄs el suelo, pero no
tengas la menor duda que llegarås arriba, hasta la mås alta montaña tiene cima.
Y sólo entonces mirarås el mundo desde la perspectiva de Dios. Que descanséis,
buenas noches.
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