Muchas veces, mĂĄs de cuatro y de cuarenta veces, das tu amor.
Das tu amor a tus padres, a tu pareja, a tus hijos, a los amigos, a los compañeros de trabajo (aunque no lo creĂĄis), y un sinfĂn de personas que concurren en tu existencia.
Y muchas veces, mĂĄs de cuatro y de cuarenta veces, a quien tĂș amas no te demuestra ni el mĂĄs mĂnimo resquicio de amor.
Das amor a tu pareja, pero...
¿Te ves correspondido?
Das amor a raudales a tus hijos...
¿De verdad te devuelven una parte Ănfima de ese amor?
Das amor a tus amigos...
¿QuĂ© amigo te quiere de verdad? A lo mejor no son amigos...
Das amor a los compañeros
¿Waht?
Y si das amor a cosas, ni te digo la respuesta que vas a tener.
QuizĂĄs algunos animales se libren de este comentario.
Darle a alguien todo tu amor nunca es un seguro de que te amarĂĄ; pero no esperes que te amen, sĂłlo espera que el amor crezca en el corazĂłn de la otra persona, pero si no crece, se feliz porque creciĂł en el tuyo.
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