La sangre y los amigos, o mejor dicho, los amigos de sangre.
Son capaces de dar todo por ti, los buenos; esos amigos solo aparecen cuando realmente los necesitas, cuando estás mal, cuando estás pasando un mal trago.
Esos amigos no tienen hora, ni día, ni fecha determinada para estar a tu lado, pero cuando tienen que estar, están.
Es difícil determinar dónde están estos amigos, porque hay muchos aduladores que se jactan de ello, pero que cuando los necesitas, tienen el brío de una coca cola abierta desde hace más de un mes.
Y...
¿Dónde están los buenos amigos o amigas?
¿Dónde podremos encontrarlos?
Creo que lo mejor para ello es ir dando tu corazón a todos, posiblemente te equivoques en un millar de ocasiones, porque des a quien no merece recibir, pero si tienes la suerte de que uno, o una buena, reciba tu corazón, será incondicional de por vida.
Por eso los buenos amigos son tan difíciles de encontrar, y por eso el doctor Luis Pastor, jefe del servicio de cardiología del Hospital de Valme, les decía a sus alumnos en una clase magistral:
"Los buenos amigos son como la sangre, que sabes que la tienes, y hasta que no aparece una herida no la ves"
Ahí queda eso, no se hubiera podido definir mejor.
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