No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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03 marzo 2022

GAZNÁPIRO.

El origen de esta palabra es incierto, pero un prestigioso historiador, Corominas, propone que proviene del vocablo "gesnapper"; y fue formada por nuestros soldados en Flandes uniendo otras dos neerlandesas a saber: "gesnapp" (parloteo, charla), y "snapper" (charlatán).
La RAE la califica así:
Palurdo, simplón, torpe, que se queda embobado con cualquier cosa.
Dada esta calificación de la RAE me inclino más por otra etimología distinta que la anterior, y que se refiere a "gaznate" ya que muy a menudo se relaciona la tontura con la capacidad de engullir, como aquel tonto que no vale para trabajar pero bien come como una lima sorda. Y, además, parece influida por la palabra "chaperon" (capirote) por aquello del tonto de capirote (tonto graduado en doctor de tonterías ilustradas).
Sea de una forma o de otra lo que nos indica esta palabra, si tenemos la habilidad de sumar ambas definiciones de la etimología es que:
Si hablas demasiado y no actúas, si eres un charlatán que se dedica al parloteo, te conviertes en un tonto de capirote, y a los tontos de capirote, lo que más le gusta es llenar el gaznate. Serás un gaznápiro, palurdo y simplón.
Pero hay algunos gaznápiros que son demasiado listos.
Y estos demasiado listos se creen que los que somos gaznápiros somos nosotros.
En fin ¡País!





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