Empecemos por el "primero" de los españoles.
ÂżEs realmente el rey Felipe VI tal cual lo vemos?
ÂżY el presidente del gobierno, este, o cualquiera?
ÂżY el alcalde?
ÂżY tu jefe, es tan bueno, o tan malo como parece?
¿Y tus compañeros parecen lo que son?
ÂżY tu pareja, es realmente tu pareja como nos parece a nosotros?
Y lo mĂĄs doloroso, los hijos, ÂżSon tal cual nos parecen?
QuizĂĄs todos, o la mayorĂa, no son lo que parecen, si acaso podrĂamos atisbar algo de lo que son, o somos en realidad, segĂșn nuestros actos; no asĂ nuestras interpretaciones, esas que algunas o muchas veces son literalmente magistrales.
También, y cada vez mås convencido, somos lo que nos hacen ser y que normalmente no parecemos.
HabĂa por ahĂ un dicho que decĂa que para llamar a una persona "amigo" habĂa que comerse con Ă©l o con ella una arroba (12,50 kilos) de sal.
Pues tambiĂ©n podrĂamos aplicar esa medida a cĂłmo es en realidad aquella persona u otra.
"Pocos de nosotros somos lo que parecemos." (Agatha Christie, escritora, Reino Unido 1890-1976)
QuizĂĄs tengamos que hablar y actuar un poco mĂĄs con el corazĂłn y menos con la cabeza.
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