Este podrĂa ser un nuevo idioma, no valen de nada los traductores, ni tan siquiera los que hablan en la misma lengua.
Empiezan a hablar en los plenos de los ayuntamientos, en los parlamentos autonĂłmicos o en el congreso y en el senado, y no se les entiende nada, o por lo menos eso pareciera.
Si tuviĂ©ramos la paciencia y la capacidad de poder determinar a quiĂ©n se le conceden los miles de millones de subvenciones publicados en el boletĂn oficial del estado BOE, y/o en el boletĂn oficial de la Junta de AndalucĂa BOJA, o en boletĂn oficial de la provincia por diputaciĂłn BOP, entonces, seguramente, nos caerĂamos de espaldas.
Hay cosas importantes, pero también hay un montón de cosas inexplicables.
Y si uno pregunta, el otro contesta mal o erróneamente, y siguen utilizando el idioma babélico.
El mismo que ha utilizado el señor de los muñecos en su declaración en el juzgado.
Los supervivientes del Diluvio universal, a fin de "hacerse cĂ©lebres" y "evitar ser dispersados" de nuevo sobre la superficie de la Tierra; iniciaron la construcciĂłn de una torre que "llegara hasta el Cielo". Puesto que al trabajar todos los hombres juntos en un mismo fin harĂa que consiguiesen todo aquello que se propusiesen, Yahweh decidiĂł confundir sus lenguas (es decir, crear los distintos idiomas) para que ya no se entendieran entre sĂ y no pudieran seguir colaborando.
Si colocamos "gran guerra" en vez de "diluvio", "fuera de España" en vez de "tierra", "democracia" en vez de "torre", nos podemos encontrar por quĂ© hoy en dĂa seguimos teniendo un idioma babĂ©lico en nuestro paĂs, bueno un idioma no, varios idiomas.
Y seguimos sin luchar por una sola meta, aunque sea con diferentes puntos de vista.
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