Si algunos irradian la luz a diario entre sus semejantes, esos son "la buena gente".
Esa buena gente te hace feliz cada "ratito" que estés a su lado, con una simple sonrisa, puede aplacar el oleaje de problemas que se debate en tu cabeza, siendo con eso suficiente.
Esa buena gente se ofrece a ayudarte sin buscar nada a cambio, sin ningĂșn pago al contado o en diferido, y eso no se encuentra muy a menudo.
Buena gente que te abraza y te besa en un apretĂłn solo por hacerte sentir bien, buena gente que incluso hace a veces de payaso para que difumines tu rictus de tristeza.
Buena gente que entrega su existencia a los mĂĄs necesitados, comiendo, bebiendo, vistiendo y teniendo sus mismas medicinas, e incluso muriendo igual que ellos.
Buenas gentes que se limitan a encender su luz y hacerla brillar lo mĂĄs alto posible para iluminar a todos los que puedan.
Todos tenemos dentro un trozo de nuestro ser con una etiqueta pegada donde pone: "Buena gente"; seguro, unos un pedazo mås pequeño y otras quizå mås grande, pero todos y todas tenemos aunque sea un atisbo de buena gente.
Por eso cuando la vida se ennegrece cegando nuestra visiĂłn, y por ello, la percepciĂłn de las cosas, siempre...
"Es mejor encender la luz que maldecir a la oscuridad". MagnĂfico proverbio ĂĄrabe.
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