En el gimnasio podemos encontrar muchos tipos de ejercicio para fortalecer el cuerpo y eliminar las toxinas y grasas que tiene, como por ejemplo: press militar sin barra, battle rope, press con mancuernas y agarre supino, press Z, elevaciones laterales con mancuernas; también puedes hacer spinnin, cinta de andar, elíptica, remo, en fin todo un salón lleno de aparatos para ejercitar el cuerpo. Además, para mantenerlo esbelto, hay que seguir una de las dietas equilibradas que circulan por los endocrinos, por doctores del peso, o simplemente por internet: el café solo, una pieza de fruta, verdura, lechugas, etc; la dieta del huevo duro, comer despacio... en realidad solo es una lucha sin fin por mantener bello y sano nuestro cuerpo; que al fin y a la postre será incinerado o enterrado y desaparecerá para los restos.
Por eso...
¿Cuándo vamos a llevar al gimnasio a nuestro alma?
En ese gimnasio se ejercita: la caridad, la humildad, la amistad, el amor, el cariño, el compañerismo, el bien hacer, la bondad, y tantos de miles de ejercicios para fortalecerla, todo en un espacio tan reducido como un puño, no hacen falta grandes salones; también se podría hacer un poco de dieta para el alma: dejar de usar la envidia, el genio, la mentira, la violencia, la revancha, el ansia de poder, y tantas cosas que mal-engordan nuestro alma.
Es más coherente ejercitar el alma que el cuerpo; el cuerpo es solo pasajero, el alma es eterna, por lo tanto deberíamos de cuidarla mejor.
A ver si hacemos un poco de “gimnánima” porque falta hace.
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