Hay muchas enfermedades, sobre todo influidas por la cabeza, por la concepción de las cosas, en las que el médico harto de probar muchas medicinas, le recomienda al paciente la panacea médica, un medicamento que seguro le va a hacer sentir mucho mejor...
Y le receta un placebo, que no es mĂĄs que una sustancia que careciendo de por sĂ de una acciĂłn terapĂ©utica, produce algĂșn efecto favorable en el enfermo, si este la recibe convencido de que esa sustancia posee realmente tal acciĂłn.
¿CuĂĄntos placebos nos tragamos a diario?
¿CuĂĄntas pastillas sĂłlo de azĂșcar nos endosan cada dĂa en las noticias?
¿QuĂ© cantidad ingente de pĂldoras sin efecto ninguno ingerimos diariamente?
Pues... España va bien, hay dinero para subir las pensiones, hemos salido de la crisis, estamos creando empleo y esto no se va a quedar ahĂ, vamos a ganar el mundial, ya se atisba la recuperaciĂłn, vamos a subir el sueldo mĂnimo para que los trabajadores cobren mĂĄs, el problema de Cataluña ya estĂĄ atajado, el año que viene declararemos la independencia, si se da de alta en nuestra empresa de seguridad ya no le robarĂĄn, vamos a dedicar un porrĂłn de millones a sanidad, a educaciĂłn; cada dĂa estamos mejor, cada dĂa dominamos mĂĄs tecnologĂas... y como cantaba la sintonĂa del programa del corazĂłn dirigido por Amilibia: Bla, Bla bla y mĂĄs bla.
¡Toma placebo!
Esta era su sintonĂa...
No hay comentarios:
Publicar un comentario