Epitafio es una palabra que deriva del griego y que realmente se compone de dos: epi(sobre) y taphos(tumba), epitafio por tanto, literalmente significa sobre la tumba.
Hay una variedad extensa de epitafios por esos mundos de Dios: tristes, melancĂłlicos, divertidos, siniestros, amorosos, y un sin fin de ellos mĂĄs.
Hoy quiero hacer un homenaje a los que discurren esos epitafios que quedan para la historia plasmados en la tumbas o tĂșmulos de los cementerios, o bien en las esquelas de los periĂłdicos.
Por ejemplo:
Divertidos:
-AquĂ yace mi mujer, frĂa como siempre.
-Recuerdo de todos tus hijos menos de Ricardo que no dio nada.
Siniestros:
-AquĂ te espero.
Tristes:
-Eras cerilla de palillo corto, pero encendiste un fuego eterno que durarĂĄ para siempre.
-RocĂo de la mañana, gran tesoro de tus padres, joya que no encontraremos en ningĂșn escaparate.
De amor:
-Estoy celoso de que estĂ©s feliz sin mĂ.
Y una historia sobre epitafios que me encanta...
Un señor visitĂł a un experto en determinar epitafios, el "epitafiador" le pregĂșnto:
-DĂgame algo de su vida...
-Pues mire, lo que hago es trabajar desde que tenĂa diez años; no me casado, ni tengo hijos, solo trabajar; desde que me levanto por la mañana hasta que me acuesto a altas horas, sĂłlo trabajo y trabajo; como supondrĂĄ soy autĂłnomo y mi hobby es el trabajo, no tengo vacaciones, y tengo sesenta y siete años.
-¿CĂłmo se llama usted?
- Me llamo Eleuterio.
-Pues ya tengo su epitafio...
-Aquà yace Eleuterio, del coño de su madre directo al cementerio.
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