Cuando yo era pequeño y andaba por esos institutos de Dios intentando terminar un bachillerato para poder entrar en la Universidad; me preguntaba, y no tenĂa claro a quĂ© dedicarme en la vida; me cuestionaba una y mil veces quĂ© estudiar que fuera de provecho y me permitiera vivir mi vida.
Al final decidĂ presentarme a los exĂĄmenes para botones en un Banco y han sido 40 años; me decĂan por aquellos años que habĂa carreras en las que nunca se terminaba de estudiar: Medicina, enfermerĂa, magisterio, y algunas mĂĄs; pero yo en mis 40 años de profesiĂłn he estado continuamente estudiando; al principio para intentar subir escalones en el escalafĂłn bancario y despuĂ©s para prepararse la cantidad de productos que tenĂamos que vender y que eran desconocidos para todos.
Uno de mis jefes, GermĂĄn, muy inteligente por cierto, estudiaba todo lo que entraba en el dĂa a dĂa; a veces le preguntaba cĂłmo se hacĂa esto o aquello, y el me respondĂa:
-CĂłgete la normativa, buscas el capĂtulo, lo estudias, e intentas hacerlo; si despuĂ©s de un plazo prudente no das con la tecla, me lo dices.
No hay mejor forma de aprender una cosa que tenerla que estudiar.
Con la vorĂĄgine del internet, los ordenadores, los mĂłviles, todos estamos en un continuo aprendizaje, y si no estudiamos para ello, seremos unos ineptos.
Como dirĂa el filĂłsofo, polĂtico, orador, y escritor romano Lucio Anneo SĂNECA:
"Estudia, no para saber una cosa mĂĄs, sino para saberla mejor"
Seguro que mi buen amigo y compañero GermĂĄn, habrĂa leĂdo a SĂ©neca y aplicaba perfectamente sus enseñanzas.
Pero ahora mismo, lo mĂĄs importante que tendrĂamos que estudiar es cĂłmo comportarnos honradamente, cĂłmo conducirse sin hacer daño, cĂłmo proceder educadamente; ¡Coño, actuar como deberĂa actuar una persona normal!
Lo otro es una putada.
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