No obligues a nadie a quererte, mejor oblĂ­galo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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16 noviembre 2019

SERVICIO A LOS DEMÁS.

Algunas personas tienen, o tenemos, por costumbre subir a las redes sociales mensajes de despertar de la conciencia de los que nos leen; hay religiosos, jóvenes, mayores, políticos, que escriben que su labor es estar al servicio de los demås, servirlos, pero después, cuando realmente llega la hora, poco y pocas son los que contribuyen a ello. Y no me refiero a contribuir con dinero, me refiero a servir de otras muchas formas.
Servir de enfermero de almas escuchando a los que necesitan habar para desahogarse de esa losa tremenda que le aprisiona la cabeza con su depresiĂłn o ansiedad.
Servir de confesor a los que no estĂĄn bien y sienten que necesitan un consejo.
Servir de cuidador de los que necesitan cuidados fĂ­sicos.
Servir de abogado, de asesor financiero, de cocinero, servir a quien nos necesite; y si eres polĂ­tico ya sabes que te eligieron para servir al pueblo, nunca para servirte del pueblo.
Y cómo no, servir como abuelo/a, padre o madre, servir como hijo, no de hijo, servir como pareja, como compañero de trabajo, servir como amigo, no servirte de amigos.
Hay una frase preciosa que resume enteramente la palabra servir, pero servir como, no servir de, ni servirse de:
" El servir a los demĂĄs es el alquiler que pagas por un hueco en el cielo"
Ni mĂĄs ni menos.

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