La palabra perfección proviene de la unión de tres partes latinas, a saber:
"Per" Llegar hasta el final.
"Fec" Disponer, poner, arreglar, hacer.
"Ción" Acción y efecto.
Por lo tanto, perfección sería: Acción y efecto de llegar hasta el final en disponer, poner, arreglar o hacer.
Todos quieren la perfección, el deportista quiere ser perfecto, hacer las cosas perfectamente; el trabajador, el buen trabajador, quiere ser perfecto en su laborar diario, el padre y la madre quieren ser perfectos, y todos se afanan, todos y todas se preocupan de ello, pero casi siempre, por no decir siempre, en algo, o en mucho nos equivocamos.
Ser un frangollo, ser un mal profesional, un dejado, una persona que no atiende a sus obligaciones es una "desperfección" (perdón por el "palabro").
Yo estoy convencido de que la perfección no existe, el o la que diga que es perfecto, o que esta cosa u otra le ha salido perfecto, es un o una fantasma.
No obstante, los que creemos que hay que hacer las cosas bien, los que somos conscientes que haciendo las cosas lo mejor posible, es más fácil o será más fácil la convivencia entre todos.
El pasado viernes, viendo el nuevo programa de Cana Sur que sustituye al de los niños de Juan y medio, TIERRA DE TALENTOS, que presenta el genial Manu Sánchez, escuché de boca del barítono Carlos Álvarez, a la sazón uno de los jueces del programa de talentos, la mejor definición de perfección que más abajo detallo:
"La perfección no existe, pero perseverando para conseguirla llegaremos a la excelencia"
Esa excelencia no determina ningún cargo,sino ser excelso en lo que hagas.
Si fuéramos un poco más excelentes en nuestra vida diaria a este puñetero mundo le iría muchísimo mejor.
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