El otro día me contó un amigo que arrancó el coche estando parado en un semáforo y sintió un porrazo en un lateral del coche.
Una chica se había cruzado por detrás de su coche y había sido atropellada por un taxi que circulaba por su sitio, con la inercia del golpe colisionó con el coche de mi amigo.
Cosas como estas no podrán nunca estar bajo nuestro control.
Lo mismo, que si vas por la calle y te cae un trozo de cornisa en la cabeza, tampoco.
Después hay otros casos en los que sí puedes tener el control, controlar el gasto, no despilfarrar el dinero, consumir moderadamente las cosas que pueden producir daño, ponerte el cinturón de seguridad, no mirar el móvil mientras estás conduciendo, respetar los límites de velocidad; que sí, que de acuerdo, que pueden pasar cosas incontrolables, pero si tu parte está controlada, pasarán menos.
Y por último están los acontecimientos que creemos que están controlados porque elegimos a nuestro representantes por sufragio universal, y al final es un descontrol más grande que si no echaras ni puta cuenta del control.
La primera y la segunda opción están perfectamente determinadas por Epicteto en su pensamiento filosófico, pero la última, ni el mismísimo Epicteto tiene "colones" de explicarla.
Por cuatro veces creíamos que estaba todo bajo control y todo se fue al garete, esperemos que de esta nueva decisión no vayamos otra vez al charco.
"Algunas cosas están bajo nuestro control y otras no. Sólo tras haber hecho frente a esta regla fundamental y haber aprendido a distinguir entre lo que podemos controlar y lo que no, serán posibles la tranquilidad interior y la eficacia exterior. "(Epicteto 55-135 fue un filósofo griego que vivió parte de su vida esclavo en Roma, sus discursos han llegado a nuestros días gracias a que su discípulo Flavio Arriano los editó).
Foto extraída de la página: facebbok.com |
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