HACIENDO FAVORES POR EL MUNDO.

Siempre es de bien nacido ser agradecido, pero no es de bien parido querer que te agradezcan a diario lo que haces; quizás si te piden algo, con solo un gracias sería bastante.

Mateo 6:3 - Pero tú, cuando des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha.

Pero...

Normalmente, el que realmente necesita del favor, en la mayoría de los casos, suele ser agradecido, te agradece tu deferencia, y esperemos que nunca lo olvide; pero hay otro tipo de pedidores de favores (sobre todo económicos) que si te he visto no me acuerdo.

Algunos hasta dejan de hablarte, cambian de número de móvil, y, como dicen en la Luisiana: ¡Al coño "puí" el que me dejó el dinero!

Hay una señora en la puerta de una iglesia, en el centro de Sevilla, sentada en el escalón de entrada al templo, con un vaso en el suelo pidiendo, y con un móvil de última generación hablando continuamente por teléfono, y cuando paso, no se si darle una limosna con la izquierda o un cosqui  con la derecha, que es lo que se merecería.

Pero lo malo es cuando el que necesitas el favor eres tú; ¡Tururú, tururú! Te quedas más planchado que la camisa del Rey en un acto oficial.

Quizá por eso tenga tanta realidad el dicho que propongo a continuación, en la segunda parte, ... 

Si recibes sólo uno... ¿Si recibes solo uno serías un descastado si lo olvidaras, o no?

En fin, para el alma, para el espíritu, para el corazón y para tu vida misma es bueno hacer favores, te sientes bien, y te llena; lo malo es cuando se aprovechan de tÍ y encima lo sabes.

"Si haces favores nunca los recuerdes, si recibes solo uno, nunca lo olvides.

Y por cierto, como diría Jenofonte: "Sólo a fuerza de favores se conquista a los espíritus mezquinos, a los corazones generosos se les gana con el afecto"  (431 a 354 A.C.)

Foto extraída de la página: marketingguerrilla.es