Seguramente, estudiar es un acto de creatividad, lo mismo que pintar, escribir, componer, y un sin fin de etcéteras de las artes creativas que existen.
Y en el caso de la creatividad, quizá sea una de las pocas veces, en las que es necesaria la soledad.
Iniciaron el pensamiento los pensadores egipcios: Imhoted, Thoth...
Podemos leer frases de los filósofos y pensadores griegos: Aristóteles, Platón, Tales de Mileto, Epícleto, Pitágoras, Diógenes, y una larga lista, muchos de ellos viajaron a Egipto a aprender.
Lo mismo pasa con los romanos: Cicerón, Quinto Sextio, Moderato de Cádiz (en serio), Plinio el viejo, Séneca, Marco Aurelio y otros.
Y cómo no los árabes y judíos: Avicena, Ibn Hanz, Ramón Llull, Al-Farabi: Maimónides, Nahmanides, Isaac Albalac, Salomón Maimón, y muchos más.
Músicos: Mozart, Bach, Beethoven, Brahms, Schubert, en fin otro puñado.
Y pintores y escultores: Miguel Ángel, Rafael, Donatello, Velázquez, Murillo, El Greco, y un sinfín.
Todos necesitaron de su soledad para crear, necesitaron y además no tuvieron más remedio.
Shakespeare, da Vinci, Franklin, Abraham Lincoln, jamás vieron una película, o escucharon la radio, ni vieron televisión, ni tuvieron móviles.
Yo mismo, ínfimo escritor y mínimo pensador y algo creativo, necesito la soledad para escribir, o para componer.
Además, cuando escribí el pregón de Semana Santa, me negué a leer nada para evitar influencias externas.
"Tenían su soledad y la aprovechaban bien. No la temían, pues sabían que en la soledad aflora la creatividad".
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