Cuando en las calurosas tardes de verano, en los tiempos que no habĂa todavĂa frigorĂfico ni nevera (que fue lo primero), cuando nos Ăbamos andando a casa del "gaseoso" a comprar barras de hielo para las susodichas neveras (de nieve), cuando querĂamos beber agua fresca tenĂamos que recurrir al bĂșcaro.
¿O no?
En la oficina, tenĂamos un bĂșcaro tambiĂ©n, asentado en un plato donde sudaba, que servĂa para beber agua fresquita durante la jornada laboral.
En la esquina de la barra de la taberna, tasca o bar, tambiĂ©n habĂa un bĂșcaro con su correspondiente plato, donde poder beber agua, y no tener que pedir el tan traĂdo y tan llevado...
-¿Me puede dar un vasito de agua?
-AhĂ tiene el bĂșcaro.
HabĂa un zapatero en la calle donde vivĂa, que cuando venĂa medio cojeando de jugar al fĂștbol en los Maristas me daba a beber agua en su bĂșcaro que decĂa que tenia agua de los “furboristas”, ¡Genial, y se curaba la cojera!
En aquellos tiempos, cuando comprabas uno nuevo, tenĂas que llenarlo de agua y echarle una copa de anĂs o aguardiente y dejarlo sudar, eso era para quitarle el gusto a barro, decĂan.
Una vez sudado, y resudado, se tiraba el agua y despuĂ©s de hacerlo un par de veces, ya se podĂa llenar definitivamente para su consumo.
Pero ahora me entero que un bĂșcaro es otra cosa, que a lo que me estoy refiriendo es solo y exclusivamente a un botijo.
Porque segĂșn la RAE bĂșcaro es:
- Recipiente de cerĂĄmica, vidrio o metal, etc. mĂĄs alto que ancho para poner flores.
- Arcilla olorosa que, en el siglo XVII, solĂan mascar las mujeres con fines terapĂ©uticos.
¡Ea, pues entonces, en lo que he escrito antes, donde puse bĂșcaro, debemos poner botijo!
¡CuĂĄntas cosas por Dios!
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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