No es lo mismo quemó que quemo, quemó fue otro el que lo hizo; pero si quemo, soy yo el que lo hago.
No significa lo mismo jugó, porque esta disfrutando mientras lo hacía, a un jugo de piña o melocotón, un jugo que es peor que el zumo y menos alimenticio, ¿o viceversa?
Siempre fue el o ella quien lloró, pero si le quito el acento, el que lloro soy yo, y nadie más que yo.
No es lo mismo decir sumó, que para hacerlo hay que sumar cifras o cantidades, que sumo, que lo único que hay que sumar para ello son kilos para ese arte marcial japonés.; y mucho menos hay que sumar nada para ser sumo sacerdote del Sanedrín, ¿quizás años?
Hay una diferencia abismal entre la vela de los barcos, las que impulsa el aire para hacerlos navegar, y por ejemplo "la Velá de Sant´ana".
Pero una de las diferencias más significativas es la palabra que hoy traigo al post:
Debó.
Porque, por ejemplo: debo, del verbo deber, todos creo que hemos debido algo y hemos conjugado el verbo en primera persona. También se puede interpretar como una obligación o deber: debo de hacer la cama, y después está debó.
Debó, que según la RAE, es un instrumento que utilizan los pellejeros para adobar las pieles.
Cuanta diferencia da un acento.
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