Nunca mejor dicho.
Hay muchos tipos de recortes, o por lo menos se notan muchos tipos de recortes, creyendo que no se van a notar, pero sí, los recortes siempre se notan; a no ser que se recorte en gastos innecesarios, vanos e inútiles; bueno, esos también se notarían, pero para bien.
Si no quiero subir demasiado el precio del litro de aceite, pues la misma botella en la que pone un litro introduzco 950 mililitros y "voilà" listo; solo falta indicar en letra enana la capacidad del aceite con el que hemos llenado la botella, y todos contentos.
Si no pretendo subir el precio de los yogures, pues tres cuartos de lo mismo, recorto 10 gramos en cada yogurt y basta.
Si no deseo que se noten los recortes en sanidad, pues por ejemplo, despido a algunos profesionales, incito a que los médicos atiendan a más pacientes, aburro a la gente hasta que desiste de operarse o se van a la sanidad privada, pero eso sí, que no se note.
¿Cómo sería posible recortar en educación?
Pues muy fácil, me propongo no inculcar a los niños de que tengan que trabajar para obtener aprobados, los acostumbro a pasar de curso sin trabajo, y ya llegará el momento de que se estrellen y lo dejen; y si lo dejan y no estudian más, pues ahí es donde está el recorte; un recorte de dinero y lo peor de todo un recorte de cultura.
Como diría Forges: ¡País!
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Foto de mi amiga Juani Mora. |
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