No es bueno volver la cara a los estudios, después, mås tarde o mås temprano, te harån falta los que no has hecho, y si has vuelto la cara, tendrås que esforzarte mås.
Tampoco es bueno volver la cara en el trabajo, por mucho trabajo que haya, ¿por quĂ©?...
Porque si vuelves la cara al trabajo, normalmente tendrå que ser un compañero o compañera el que tenga que hacerlo, cosa, por cierto, bastante injusta.
No es decoroso volver la cara a tus obligaciones, todos tenemos responsabilidades y como en el caso anterior si tu te eximes seguramente le tocarĂĄ a otro.
E incluso, cuando las cosas te van mal, cuando la vida te marca con la seña del dolor, de la injusticia, del engaño o simplemente del abandono, seguramente te gustarĂa, o mĂĄs bien, necesitarĂas volverle la cara a la vida.
¡Pero nada mĂĄs lejos de la realidad!
Si le vuelves la cara a la vida porque te han dado una puñalada trapera lo mås probable es que cuando la existencia intente asestarte otra, u otras, no estarås al loro y no podrås ver el ataque.
¡No vuelvas la cara nunca!
Por ningĂșn motivo; si por trabajo, si por dolor, si por vergĂŒenza, si por ataques, si por obligaciones, si por nada.
¡Siempre de frente y con la cara por delante, aunque te la puedan partir!
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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