Este "palabro", cómo diría mi amigo Paco Palomo, procede el griego "εκλογε" (eklogé) que significa escogido.
De ahí llegó al latín como "ecloga" (selección extracto) emparentado con "eligere" (elegir), a su vez derivado de "legere" (recoger).
En castellano, en la RAE, una égloga es una conversación bucólica(que trata de las peripecias amorosas de los pastores) en la que suelen dialogar ellos mismos.
Extrapolando esta palabra a varios estratos de nuestra sociedad, también podría tener sentido.
A los grandes ricos, ricos, ricos, cuando se sientan a dialogar entre ellos sobre el futuro del mundo, ellos son pastores del dinero y mantienen conversaciones amorosas dinerarias continuamente.
O los políticos, que también, en teoría, son pastores de los ciudadanos; éstos también tienen numerosas églogas, conversaciones amorosas (sobre todo con la poltrona y el poder) y de las peripecias que pasan entre ellos por esa lucha.
Y bueno, también deberían de haber sido églogas, las conversaciones amorosas sobre el amor a Dios y a sus feligreses, que mantuvieran los dos pastores de la iglesia durante los ochos años que estuvieron juntos. Uno se nos fue hace poco, D.E.P. Benedictus PP XVI.
Peripecias para intentar acercarnos a la vida eterna.
De ahí llegó al latín como "ecloga" (selección extracto) emparentado con "eligere" (elegir), a su vez derivado de "legere" (recoger).
En castellano, en la RAE, una égloga es una conversación bucólica(que trata de las peripecias amorosas de los pastores) en la que suelen dialogar ellos mismos.
Extrapolando esta palabra a varios estratos de nuestra sociedad, también podría tener sentido.
A los grandes ricos, ricos, ricos, cuando se sientan a dialogar entre ellos sobre el futuro del mundo, ellos son pastores del dinero y mantienen conversaciones amorosas dinerarias continuamente.
O los políticos, que también, en teoría, son pastores de los ciudadanos; éstos también tienen numerosas églogas, conversaciones amorosas (sobre todo con la poltrona y el poder) y de las peripecias que pasan entre ellos por esa lucha.
Y bueno, también deberían de haber sido églogas, las conversaciones amorosas sobre el amor a Dios y a sus feligreses, que mantuvieran los dos pastores de la iglesia durante los ochos años que estuvieron juntos. Uno se nos fue hace poco, D.E.P. Benedictus PP XVI.
Peripecias para intentar acercarnos a la vida eterna.
¡Ojalá alguno de nosotros la consiga!
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