Todos somos capaces de imaginar cosas, unos más y otros menos, pero todos tenemos esa capacidad; hay personas que despotrican de los que imaginamos con la sentencia de:
- No imagines más tonterías que así nunca vivirás en el mundo real.
Bueno, eso es un punto de vista como otro cualquiera; del mundo de la imaginación han salido libros tan desconcertantes como Caballo de Troya de J.J. Benítez, o la saga de Harry Potter; películas de ciencia ficción que hablaban del siglo XXI u LXX; canciones sublimes como Beautiful boy de John Lennon, de la que su socio, amigo y compañero Paul Mc Cartney dijo en su día que era la canción más bonita que había escuchado en su vida; pinturas excelsas, la Piedad de Miguel Ángel Bounarotti.
En fin, tantas y tantas cosas que nos producen placer, y que si no hubiera existido el imaginado de turno, jamás hubieran sido posibles.
Me gusta imaginar, y os conmino a hacerlo para crear cosas que hagan felices a los demás.
El máximo hacedor de imaginaciones del universo fue el mismo Dios, que fijaros hasta donde le llevó su imaginación, y lo que queda.
Ah, y nunca, nunca confundir la imaginación con los sueños, porque la imaginación es un deporte de élite que se practica despierto y los sueños al fin, son películas, a veces de terror.
Del imaginar ideas dañinas, perversas, malignas; cosa que se da más frecuentemente que lo otro, hablaremos otro día.
Del imaginar ideas dañinas, perversas, malignas; cosa que se da más frecuentemente que lo otro, hablaremos otro día.
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