Ese nombre proviene de la obra "AnfitriĂłn" de Plauto (comediĂłgrafo romano 184 a.c.); en ella, el dios Mercurio se hace pasar por SosĂas que a la sazĂłn era el criado del general AnfitriĂłn, y asĂ ayudar a JĂșpiter a seducir a Alcmena, esposa del mismo general.
En la actualidad hay muchos sosĂas pululando por el mundo, no ya en el aspecto fĂsico como dice el significado que le aplica la RAE (persona muy parecida a otra), que incluso pueden llegar a confundirse, sino en lo mĂĄs importante, que es la forma de actuar.
Cada vez hay menos personas originales, y muchos, muchos y muchas sosĂas.
Si la originalidad va desapareciendo paulatinamente nos iremos convirtiendo sin remisiĂłn en androides, mismos cuerpos tallados en los gimnasios, peinados iguales, pantalones por encima de los tobillos, cabeza baja, tecleando en el mĂłvil con los dedos pulgares (en los que en algunos casos ya estĂĄn apareciendo artrosis)
MĂșsica, lectura, arte en general, demasiados sosĂas y muy poca singularidad; la diferencia entre personas, y con ello sus gustos y sus costumbres son la salsa de la vida.
Dejemos de ser sosĂas de nada ni nadie y seamos lo que realmente somos: seres Ășnicos e irrepetibles y por lo tanto especiales.
Hay una frase de Luis Fonsi, entrenador de la Voz (porque coatch es entrenador, y coatching=cogiendo) que determina bien esta reflexiĂłn, es en cuanto a los cantantes, pero aplicable a todos:
"Hay que cantar para emocionar, no para impresionar."
Hay una frase de Luis Fonsi, entrenador de la Voz (porque coatch es entrenador, y coatching=cogiendo) que determina bien esta reflexiĂłn, es en cuanto a los cantantes, pero aplicable a todos:
"Hay que cantar para emocionar, no para impresionar."
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