No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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29 enero 2019

SOSÍAS.

Ese nombre proviene de la obra  "Anfitrión" de Plauto (comediógrafo romano 184 a.c.); en ella, el dios Mercurio se hace pasar por Sosías que a la sazón era el criado del general Anfitrión, y así ayudar a Júpiter a seducir a Alcmena, esposa del mismo general.
En la actualidad hay muchos sosías pululando por el mundo, no ya en el aspecto físico como dice el significado que le aplica la RAE (persona muy parecida a otra), que incluso pueden llegar a confundirse, sino en lo más importante, que es la forma de actuar.
Cada vez hay menos personas originales, y muchos, muchos y muchas sosías.
Si la originalidad va desapareciendo paulatinamente nos iremos convirtiendo sin remisión en androides, mismos cuerpos tallados en los gimnasios, peinados iguales, pantalones por encima de los tobillos, cabeza baja, tecleando en el móvil con los dedos pulgares (en los que en algunos casos ya están apareciendo artrosis)
Música, lectura, arte en general, demasiados sosías y muy poca singularidad; la diferencia entre personas, y con ello sus gustos y sus costumbres son la salsa de la vida.
Dejemos de ser sosías de nada ni nadie y seamos lo que realmente somos: seres únicos e irrepetibles y por lo tanto especiales.
Hay una frase de Luis Fonsi, entrenador de la Voz (porque coatch es entrenador, y coatching=cogiendo) que determina bien esta reflexión, es en cuanto a los cantantes, pero aplicable a todos:
"Hay que cantar para emocionar, no para impresionar."

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