No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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07 enero 2019

LA ESPALDA.

La espalda es una de las partes del cuerpo, que aunque tenga los omóplatos, la columna, el coxis y demás huesos es de las más vulnerables; si los chinos han aterrizado una nave espacial en la cara opuesta de la luna, nuestra espalda es nuestra cara oculta.
Los ojos que tienen la capacidad de abarcar un radio de 180º, el que los tenga bien, no pueden acceder hasta los 360º para ver lo que hay a la espalda.
Por eso es tan fácil asestar un golpe por detrás, estás confiado, dando la cara al que te entretiene, al que te engaña, al que finge ser tu amigo pero que lo único que está haciendo es hacerte la cama para que el de atrás te aseste el golpe fatídico.
Nadie va con un espejo retrovisor por la vida, quizá alguno o alguna se puede oler algo si distingue bien los perfumes u olores corporales, pero normalmente si el de atrás viene a darte la puñalada, seguramente te la llevarás puesta.
Normalmente la puñalada es ficticia, es una metáfora que aplicamos para explicar el dolor que nos produce el engaño o la traición de los que creemos nuestros amigos, a los que les dimos muchas cosas, y que nos pagan de esa forma.
Allá por los años noventa escribí unos pocos de fandangos para el Coro rociero "Bajo Quema" al que dirigí casi cuatro años, y uno de ellos decía.

Que me diste por la espalda
me duele la "puñalá",
que me diste por la espalda;
he perdido tu amistad,
mucho más me duele el alma
y esa no se "pué curá"

Malditos y malditas los y las que atacan impunemente por la espalda, aparte de ser "asesinos" son unos cobardes por muy valientes que puedan parecer.

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