Era allĂĄ por los años noventa, y continuando con el deporte, bueno con lo que podĂa hacer de deporte, preparamos un "pedazo" de equipo de "futbito" para jugar una liga de ese deporte que habĂa en mi pueblo.
Mi amigo Antonio, que por aquel entonces regĂa una empresa de fabricaciĂłn de hormigĂłn, se encargĂł de las equipaciones, nosotros pusimos el resto.
El equipo no se podĂa llamar de otra forma: "Hormigones AznalcĂĄzar".
Yo era el delantero centro rematador del equipo, y cosa curiosa, perdĂ el olfato goleador cuando me quitĂ© las gafas y me puse lentillas; era mĂĄs fĂĄcil jugar pero dificilĂsimo meter la bola.
Fui un gran "goleador", "oportunista", me llamaban con sorna: " Boutragueño".
Si el equipo metĂa goles, mĂĄs goles nos metĂan, las goleadas eran magnĂficas, que le vamos a hacer.
Pues a los gobiernos, a los que sea y de donde sean, en este partido contra el Covid19 habrĂa que ponerles la equipaciĂłn de Hormigones AznalcĂĄzar.
No defienden bien, estĂĄn echando demasiados balones fuera, no juegan bien la pelota, no hacen "tiqui-taca" para desconcertar al contrario, no poseen tampoco un banquillo importante que en un momento determinado pueda suplir a los que no jueguen bien, no definen y meten pocos goles.
No plantean bien los partidos, no tienen una estrategia determinada, no siguen unas pautas de juego, no son suficientemente buenos para un encuentro tan decisivo, y lo mĂĄs importante del fĂștbol, para tres goles que meten el Covid les mete 19.
No deberĂa haber cogido este ejemplo de enfrentamiento, ya que el equipo Hormigones AznalcĂĄzar termino la liga con una cantidad ingente de goles en contra, penĂșltimo en la clasificaciĂłn, y goleado en casi todos los partidos; y lo peor de todo es que nos divertĂamos, y ahora eso no podemos decirlo.
A ver si cambian al cuerpo tĂ©cnico, se renueva la plantilla, y varĂa un poco el destino del equipo: "Hormigones España", porque es mĂĄs fĂĄcil negar las cosas que enterarse de ellas.
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