TAL VEZ, ACASO...

Me vengo a referir a la tan traída y llevada "química" de las parejas".

La química, la atracción, el enamoramiento, eso que puede llevar a la enajenación, a perder la cabeza, a la gilipollez.

Tal vez sin lo de arriba no habría amor verdadero, pero...

Tampoco lo hay sin respeto al cónyuge o a la pareja, no es suficiente si no cedes a cada uno su sitio, su espacio.

No vale si no estás dispuesto a darlo todo por él o por ella, a estar en la diversión, en las risas, en las tristezas, en el dolor, en vivir cuando se está bien y cuando, por desgracia, se está mal; a apoyar a la persona que esté a tu lado en todos sus proyectos, aconsejar sin imponer, y ayudar a cumplir sueños.

El transcurso de la vida te va enseñando que si no hay amor, el resto no existe; si no hay amor, cuando se engorde, se arrugue, se caiga el pelo, o se merme uno físicamente, la química se esfumará, la atracción física se difuminará, y el loco enamoramiento morirá por su osadía.

¿Y entonces qué quedara?

El amor.

Pero hay ciertas personas, hombres y mujeres, que van más allá del amor, gentes que se ciñen a una estrategia establecida para conquistar a una persona con una meta determinada.

Y ahí entra en juego el dinero, el estatus social, la cuenta corriente, etc.

Este es otro tipo de química, una química basada en el algodón transgénico con el que están fabricados los euros; una química de arcilla, cemento, cal, con los que se construyen los casoplones, y con la tinta de la impresora donde se imprimen los extractos de las cuentas corrientes.

Eso, y perdón para los de "contigo pan y cebolla" también es química.

Así mismo ocurre esto con partidarios de una doctrina política cuando encuentran la química que andaban buscando.

¡Ay el amor, el amor!

El amor a veces es una caja de sorp... perdón, una caja de caudales.
Con el tiempo todo se descubre.

"Tal vez no le gustes mucho, pero le interesas tremendamente".

Foto extraída de la página: YouTube.com