Como todos bien sabéis mi nombre es José Manuel Bou y el el mi pareja es, para mås señas, Charo Durbån.
El otro dĂa, circulando por la autovĂa A49 adelantamos a un furgĂłn de una marca de cafĂ©, cafĂ©s DURBĂN, la fĂĄbrica de cafĂ© que mantiene mi pareja en la carretera de su pueblo natal Ademuz.
Yo desconocĂa que ella tuviera una fĂĄbrica de cafĂ©s, al igual que ella, y hasta ese momento cuando se lo confesĂ©, ignoraba que yo poseyera una fĂĄbrica de cafĂ© tambiĂ©n, cafĂ©s BOU ubicada en Granada.
Una vez que nos confesamos mutuamente la propiedad de nuestros negocios de café, conforme circulåbamos camino de nuestro destino hicimos un propósito.
Hemos decidido casarnos, y fusionar nuestras empresas en una sola, para engrandecer nuestros negocios cafetero y convertirlo en un emporio del café.
La nueva empresa se llamarĂĄ: DURBOU CAFĂS, y como incorporaremos un poco de cafĂ© brasileiro para afianzar el sabor, este nuevo producto serĂĄ...
¡O MELHOR CAFĂ DO MUNDO!
Todo parecido de este relato con la realidad es pura fantasĂa; ninguno de los dos poseemos ninguna fĂĄbrica de cafĂ©, pero lo cierto y verdad es que cuando vimos la furgoneta con el nombre de CAFĂS DURBĂN, nos reĂmos una barbaridad; CAFĂS BOU ya nos era conocido por las tazas que me han traĂdo mis amigos cuando lo han encontrado por esas tierras estando de viaje.
Una graciosa charada para empezar bien el dĂa...
Con un café DURBOU, o melhor café do mundo, por supuesto.
Lo de la boda lo dejaremos para otra ocasiĂłn.
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