Circula por ahĂ en los mentideros de los refranes y de los proverbios una frase que no tiene desperdicio:
"No prometas nada cuando estés alegre y no tomes decisiones cuando estés triste"
Es una cosa lĂłgica y normal que no debes prometer nada cuando estĂ©s eufĂłrico, alegre o un poco piripi tambiĂ©n, ¿Por quĂ©?..
Porque cuando dejes de estarlo, te vas a dar cuenta que la mayorĂa de las cosas que has prometido o no se pueden cumplir, o no te da la gana cumplirlas.
En el segundo apartado, si tomas decisiones cuando estĂĄs triste, amargado o deprimido, esas decisiones pudieran ser tan funestas como tu estado de ĂĄnimo; mejor pasar un poco el bajĂłn antes de tomar cualquier decisiĂłn grave.
Pero hay un tipo de personas en lo que esto no se cumple; y son las personas que viven, y muchos, como se dice ahora, a cuerpo de rey emĂ©rito, de la polĂtica; los polĂticos bien pagados, los lĂderes, los que toman decisiones.
Cuando estĂĄn tristes y abatidos por unos resultados electorales duros, prometen...
-Las prĂłximas elecciones las vamos a ganar.
-Vamos a hacer una oposiciĂłn como nunca la ha habido.
-Vamos a sacar a la luz todos los trapos sucios del gobierno.
Y si estån alegres cuando ganan unas elecciones y estando en el poder, no hacen ni una promesa, solo incumplen las que hicieron en campaña.
Es que ser un polĂtico de alto standing es una cosa demasiado grande. ¿O no?
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