Delicado tema, espero no herir susceptibilidades...
La procedencia de la palabra celo viene del griego "zein" (hervir), a travĂ©s del latĂn "zelus" (ardor).
De ahĂ las palabras: estar celoso, celar (vigilar) y celador (vigilante)
Pero no deberĂamos confundir este celar con el otro celar que significa ocultar.
Este otro celar, viene del latĂn "celare" (cubrir) y este de la raĂz indoeuropea "cel" (ocultar) que dio lugar a cĂ©lula, ocultar, clandestino, ceja.
Pero en cuestiĂłn de amores (o en cuestiĂłn de desamores, porque creo que los celos no tienen mucho de amor) casi se pudieran alinear.
Porque el celar de celoso es también cubrir, ocultar.
El celoso o la celosa lo que pretende es tener oculto a la persona o a la cosa que no quiere que nadie vea, y el celador o vigilante no quiere que nadie invada su espacio, pero tampoco que lo abandone.
Lo que si es verdad es que algunas, o muchas veces, los celos por desgracia hacen hervir la sangre del o de la que los padece.
Son corrosivos, dañinos y altamente venenosos para la sangre de los "enfermos" de esta "enfermedad".
Dios nos libre de padecer este tipo de celos, y nos procure los otros, los de poner mucha atenciĂłn en hacer el trabajo, y en atender a las personas.
Y hay algunos que lo que necesitan es un celo que les tape la boca para que no digan mĂĄs sandeces.
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